José Luis Curbelo, Presidente y CEO de COFIDES.

Madrid, 7 de febrero de 2020.

La Compañía Española para la Financiación del Desarrollo, COFIDES, es una firma pública de capital mixto cuyo fin es financiar proyectos de inversión en el exterior, contribuyendo a la internacionalización de las empresas españolas y al desarrollo de los países receptores. 2019 fue un año importante para la compañía, que no solo cerró el ejercicio con unos excelentes indicadores de actividad y cumplió con los objetivos operativos de su presupuesto y con los retos marcados por su Plan Estratégico 2019-2021, sino que sus inversiones ayudaron a mejorar la sostenibilidad.

Es especialmente significativo el incremento del 27% en las formalizaciones de nuevas operaciones, que superaron los 260 millones de euros, alcanzando el mayor volumen de actividad en la trayectoria de la compañía. La cartera comprometida se incrementó un 3% respecto de 2018 y superó los 1.260 millones de euros. Las inversiones de COFIDES de 2019 ayudarán a crear en el exterior más de 6.000 empleos directos. Así mismo, la compañía respaldó proyectos que generarán más de 830 MW de energía sostenible, lo que representa una cifra superior a la suma de los siete años anteriores. La colaboración con proyectos de Cooperación Española (AECID) también alcanzó cifras récord, que contribuirán a generar más de 100.000 empleos en los países más pobre. También se cerraron las primeras operaciones de inversión conjunta entre ambas instituciones.

Junto con estas cifras, nos parece relevante señalar dos características esenciales de COFIDES que deben marcar su devenir en el futuro: (1) su capacidad de adaptación a las realidades de los mercados financieros y las necesidades cada vez más personalizadas de las empresas y proyectos; y (2) la creciente centralidad en su misión del fomento de la sostenibilidad, definida en la Agenda 2030, que incluye los retos de la lucha contra el cambio climático y sus efectos, así como el desarrollo de los países menos desarrollados, la creación de empleo digno y la lucha contra las desigualdades.

Adaptabilidad y adicionalidad. Los anteriores logros se consiguieron en un entorno de fuerte competencia en los mercados con tipos de interés históricamente bajos, ante los cuales la política pública de apoyo financiero a la internacionalización debe enfocarse en los nichos no cubiertos satisfactoriamente por el mercado. Para superar esta circunstancia una parte relevante de las operaciones requirieron de estructuras financieras complejas y del desarrollo de instrumentos novedosos de financiación de proyectos. Además de haber estructurado operaciones en las que se han asumido apropiadamente dosis crecientes de riesgo de proyecto, incluidas las participaciones en el capital accionarial, se diseñaron financiaciones crecientemente participativas y/o de carácter subordinado, se lanzó una línea de venture capital para apoyar la internacionalización temprana de empresas innovadoras de base tecnológica, y se suscribieron bonos para la internacionalización de empresas medianas. También se incrementó la inversión en fondos con impacto en desarrollo o se tuvo éxito en, por primera vez, movilizar recursos de asistencia técnica de la Comisión Europea en el marco del blending (o financiación combinada). Todo ello se realizó mejorando el rating de riesgo de la cartera. La ratio de morosidad de la misma se situó por debajo de la ratio media del sistema financiero nacional.

Sostenibilidad. Se está generalizando la convicción de que la sostenibilidad nos atañe a todos y que es imprescindible que sociedad civil, empresas, instituciones, sectores privado y público, etc. se impliquen con más intensidad en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para hacer posible el cumplimiento de la Agenda 2030. Por otra parte, la COP25 celebrada en Madrid puso de manifiesto la necesidad de tomar medidas efectivas para la mitigación del cambio climático y la adaptación de las economías y las poblaciones vulnerables a sus efectos, especialmente en los países en desarrollo. Para ello es necesario movilizar la participación del sector privado -de sus ideas, recursos, tecnologías, etc.- en el logro de los ambiciosos objetivos identificados, así como multiplicar los estancados recursos públicos globalmente disponibles.

El Plan Estratégico 2019-2021 de COFIDES incluyó la sostenibilidad como uno de sus vectores troncales, junto con la internacionalización y el desarrollo. Para muchas firmas españolas -por ejemplo, de los sectores de renovables, infraestructuras de transporte, agua y saneamiento, desarrollo urbano y movilidad, agricultura sostenible, etc.- la economía de la sostenibilidad es la base de su desarrollo competitivo, siendo líderes a nivel global: están reconocidas, tienen las mejores referencias y cuando participan en licitaciones cuentan con grandes posibilidades de resultar ganadoras en los mercados más exigentes y contra los competidores más sofisticados.

La compañía es entidad acreditada para gestionar fondos de la Comisión Europea y del Fondo Verde para el Clima, es un actor relevante en la nueva arquitectura de la financiación global y posee las competencias para impulsar operaciones de acuerdo con los más exigentes parámetros internacionales (análisis y evaluación de impactos, garantías o esquemas de blending, etc.). Asimismo, tal es el compromiso de la empresa con la Agenda 2030 -de sus accionistas y empleados- que el conjunto de quienes trabajamos en la misma decidimos vincular una parte de nuestra remuneración variable a la consecución de metas concretas enmarcadas en la contribución a los ODS.

Futuro. Para ser adicional a la oferta financiera del mercado COFIDES amplía su capacidad de identificación de operaciones -con particular atención a aquellas geografías que, como África, no son las convencionales de la inversión española-, reforzando sus departamentos operativos y de análisis y control de riesgos. Nuestra estrategia de futuro se basa en continuar siendo un proveedor eficiente de financiación competitiva y estructurada en terceros países, dotándonos de los medios humanos, técnicos e institucionales necesarios para ser un actor relevante en el diseño e implementación de la emergente arquitectura financiera para la acción exterior de la Unión Europea, que en su Marco Financiero Plurianual 2021-2027 canalizará hacia el continente vecino una cantidad inmensa de recursos estructurados, con múltiples actores y productos financieros diferenciados.

* Artículo de opinión publicado originalmente en el diario El Economista, el 7 de febrero de 2020.