José Luis Curbelo, Presidente de COFIDES.

Madrid, 1 de agosto de 2020.

* Artículo de opinión publicado originalmente en el diario El Economista, el 1 de agosto de 2020.

El año 2019 resultó muy fructífero para COFIDES y no sólo por la cuantía récord de sus resultados, que antes de impuestos alcanzaron los 13,6 millones de euros. Durante el ejercicio se estuvo desplegando el Plan Estratégico 2019-2021 que perfila el futuro de la compañía -incluidos los fondos FIEX y FONPYME que se gestionan en nombre de la Secretaría de Estado de Comercio, el apoyo que se presta al FONPRODE de la AECID o la utilización de los recursos de la Unión Europea o el Fondo Verde para el Clima-. Este plan estratégico incluye como ejes transversales el apoyo a la internacionalización de las empresas españolas, el impacto en desarrollo de los países emergentes y sus poblaciones vulnerables y la gestión activa de la sostenibilidad, el medioambiente y los retos derivados del cambio climático.

El nivel de formalizaciones de nuevas inversiones y la cuantía de la cartera total gestionada (superior a 1.080 millones de euros) también alcanzaron sus valores históricos más elevados, mientras que la ratio de morosidad de las diferentes carteras se mantuvo por debajo de la media del sistema financiero nacional. Pero junto a estas cifras récord conviene señalar que uno de los principales compromisos del Plan Estratégico es la financiación de proyectos de energía renovable para promover la lucha contra el cambio climático y sus efectos. En 2019 se formalizaron proyectos de generación limpia equivalentes a 832 MW, con una cuantía de financiación climática en terceros países superior a la suma de lo formalizado en los siete años anteriores.

Desde finales del primer trimestre de 2020 la pandemia del COVID-19 y su rápida transmisión a nivel global han venido a trastocar las tendencias positivas de los años anteriores (en los que la economía española se estaba recuperando con optimismo de la terrible crisis de 2008). Los efectos de la pandemia quizás serán para las economías española y mundial los peores desde la II Guerra Mundial. La crisis sanitaria se está extendiendo global y aceleradamente en otras -de carácter fiscal, social, financiero o político- cuya severidad y efecto devastador en cada uno de los países, sectores económicos y segmentos de población dependerá, además de la duración y eventuales recaídas de la pandemia y del tiempo, de que la ciencia demore en obtener un remedio o una vacuna eficiente. Por otro lado, será también determinante la evolución geopolítica global y cómo los países y organismos multilaterales cooperen en el diseño, movilización y puesta en marcha de medidas que provean de una red de salvaguarda social para las poblaciones más vulnerables, alejen el colapso económico global y alleguen recursos que coadyuven a paliar las tensiones globales de liquidez, así como las consecuentes crisis de solvencia generalizadas. En este punto, es necesario señalar que resulta fundamental que la superación de las diferentes crisis no abandone a su suerte a los segmentos vulnerables de la población ni al tejido de empresas de pequeño tamaño, así como que evite cualquier regresión respecto de los logros penosamente alcanzados en la consecución de los ODS de la Agenda 2030. Los acuerdos del reciente Consejo Europeo permiten albergar esperanzas de que, al menos en el marco de la UE, se están consiguiendo preservar valores aceptables de solidaridad. Ojalá esos acuerdos marquen la pauta a otros actores imprescindibles en la realidad geopolítica actual.

En este contexto, COFIDES está trabajando con el sector privado para, por una parte, ofrecer soluciones financieras personalizadas con las que ayudar a las empresas a superar sus estrecheces sobrevenidas de liquidez en sus proyectos internacionales, así como a afianzar y, si fuera el caso, apoyar la reorientación de sus estrategias de internacionalización. De igual modo, ante la constatación, corroborada con la información disponible de nuestra propia cartera, de que las empresas internacionalizadas son diferencialmente más resilientes ante las crisis, los fondos de la compañía -y cuantos otros se puedan movilizar- están plenamente disponibles para acompañar a las empresas, compartiendo el riesgo de las inversiones, en su despliegue internacional de largo plazo con cadenas de valor en proceso de mutación.     

La pandemia está poniendo en evidencia la fragilidad del sistema económico. La crisis del COVID-19 está mostrando no sólo que los envidiables estados del bienestar occidentales son vulnerables ante eventos extraordinarios, sino que el devenir económico de cada país está intrínsecamente ligado a lo que suceda en terceros países, incluidos aquellos territorios con niveles de desarrollo muy inferiores e inmensas carencias básicas. En este convencimiento, COFIDES está colaborando en impulsar la agenda de desarrollo internacional del Gobierno de España, además de con sus propias inversiones, apoyando los esfuerzos de la cooperación y administración comercial españolas en aquellos países prioritarios de la acción exterior. En este marco, un reto estratégico para la compañía en los próximos años será diversificar geográficamente el destino de sus inversiones. Hemos de conseguir que las operaciones de COFIDES, acompañando a las empresas españolas y movilizando recursos de fuentes diversas, contribuyan, en coherencia con las indicaciones del Consejo Europeo, a la transformación digital, el desarrollo sostenible, la competitividad industrial y agrícola, la mejora de las infraestructuras básicas y la adaptación y mitigación del cambio climático del continente africano en una medida que paulatinamente se vaya aproximando a lo que hoy logran en América Latina.