La Vanguardia, 17 de mayo de 2020.

José Luis Curbelo y Miguel Angel Ladero, Madrid.- La crisis derivada del COVID-19 está teniendo consecuencias severas en empresas de todos los tamaños y en los tejidos productivos de todos los países, que están diseñando programas ambiciosos para preservar el mayor número posible de empresas. El gobierno español ha puesto a disposición de las empresas y autónomos un programa de garantías a través de ICO y CESCE para paliar sus tensiones de liquidez de corto plazo. Este programa podría ser insuficiente a medio plazo, ya que la actividad mermada durante un período prolongado traerá consigo el deterioro estructural de sus balances.